En el rio, si el agua permanece lo suficientemente aireada no habrá problemas en volver a las condiciones ambientales previas al vertido, pero si el aporte de oxígeno no es suficiente, las degradaciones pasan a ser anaerobias, provocando eutrofización y todo tipo de putrefacciones con todos sus daños y patogenias. El oxígeno disuelto presente en el seno del agua tiene como origen varias causas, siendo las más importantes:
- El intercambio con la atmósfera. La solubilidad del oxígeno aumenta a medida que la temperatura se acerca a 0 °C, que es el punto de saturación del oxígeno.
- El movimiento natural del agua al pasar por cascadas o chocar con piedras y demás obstáculos.
El oxígeno sufre una disminución inmediata, hasta que va recuperándose por las causas citadas anteriormente.
La DBO será máxima al principio, hasta que disminuya lentamente hasta valores normales.
Las sales y las materias en suspensión están también en concentraciones máximas al inicio, disminuyendo después rápidamente.
El amonio y fosfato iniciales van aumentando hasta que su concentración se hace máxima poco antes de ser mínima la concentración de oxígeno disuelto.
Los nitratos disminuyen inicialmente hasta casi desaparecer; va aumentando su concentración hasta que se hace máxima la concentración de oxígeno, y por último, disminuye lentamente hasta alcanzar valores normales.
Vertidos industriales pueden contener compuestos metálicos u otros de naturaleza no totalmente orgánica y que afectan gravemente a la autodepuración. Producen interferencias e inhibiciones que impiden o dificultan el proceso de autodepuración.
La autodepuración de los ríos ha sido la más estudiada, dado que es la más frecuente, razón por la cual se han establecido unas fases del proceso para su mejor comprensión:
- Aporte de materia orgánica
- Desarrollo masivo de bacterias
- Gran consumo de oxígeno
- Las capas más profundas se quedan sin oxígeno y se desarrollan en el fondo organismos anaerobios
- Predominan las fermentaciones
- Dominan las reducciones
Vertidos industriales pueden contener compuestos metálicos u otros de naturaleza no totalmente orgánica y que afectan gravemente a la autodepuración. Producen interferencias e inhibiciones que impiden o dificultan el proceso de autodepuración.
La autodepuración de los ríos ha sido la más estudiada, dado que es la más frecuente, razón por la cual se han establecido unas fases del proceso para su mejor comprensión:
- Aporte de materia orgánica
- Desarrollo masivo de bacterias
- Gran consumo de oxígeno
- Las capas más profundas se quedan sin oxígeno y se desarrollan en el fondo organismos anaerobios
- Predominan las fermentaciones
- Dominan las reducciones
- Muy pocas oxidaciones
- Sedimentación de lodos en putrefacción
- Formación de metano
- En la descomposición de las proteínas se forman H2S y NH3
Una vez descompuesta casi toda la materia orgánica, ya no se consume enseguida todo el oxígeno del aire, por lo que empiezan a establecerse bacterias aerobias, que oxidan a muchos productos contaminantes.
Al reducirse la materia orgánica disponible desciende bruscamente el número de bacterias Formación de una cadena de procesos por parte de las bacterias especializadas, que llevan al final a la mineralización de toda la materia orgánica La velocidad de autodepuración depende de:
- Movimiento del agua, a más rápido más autodepuración, ya que toma más oxígeno.
- Profundidad. A más profundidad, menos autodepuración debido a la escasez de oxígeno.
- Superficie. Cuanto mayor sea la superficie, mayor será el contacto con el oxígeno del aire.
- Presencia o ausencia de venenos para los microorganismos.
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